La cerámica combina dos elementos básicos para los comercios y las tiendas. Por un lado, aporta una riqueza decorativa a través de texturas, colores y volúmenes. Por otro lado, tiene una alta resistencia al desgaste y es fácil de limpiar y desinfectar.
La cerámica tiene una alta resistencia a los arañazos y al desgaste por el alto tránsito de personas y carros de la compra. La higiene es básica en estos negocios, y la cerámica evita las manchas y no retiene suciedad. Las baldosas cerámicas son los pavimentos que ofrecen una mayor resistencia a los diferentes agentes de limpieza.
La cerámica es muy versátil y con un mismo material se aportan soluciones para diversos usos como mostradores, estanterías, escaparates...
Gracias a sus condiciones higiénicas y tránsito de personas, la cerámica se ha utilizado tradicionalmente en estos espacios. Hoy sigue siendo la mejor opción.
La expansión del imperio musulmán marcó la presencia de la cerámica en la historia del arte. Al-Ándalus fue el referente para otras culturas que, con el tiempo, empezaron a utilizar la cerámica en fachadas de palacios, iglesias, tiendas, estaciones de ferrocarril, parques, etc
La técnica de los azulejos con relieve se usaba en la antigüedad en escudos heráldicos que revestían las tumbas de los nobles y militares participantes en la Reconquista. Una técnica que surge de las culturas hispanomusulmanes.
Con el azulejo pintado, comenzó un extraordinario despliegue artístico que influyó de forma muy notoria en los edificios públicos de otros países, como Portugal.
Los materiales cerámicos han ido adquiriendo una importancia cada vez mayor, convirtiéndose en un elemento distinto de nuestras calles y de nuestra cultura.
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